REFLEXIÓN AL FINALIZAR EL AÑO
Y COMENZAR EL 2013
Al finalizar el año, por tradición, en nuestro contexto
cultural, existe una coincidencia de
sensaciones y sentimientos, que nos conducen generalmente a una especie de
evaluación o medición de los triunfos y
fracasos que se han vivido durante el
año que culmina.
Esta valoración suele realizársela tanto en el campo
personal como en el entorno inmediato como mediato, donde se analizan los
sucesos locales nacionales e internacionales.
Esta práctica sociocultural, no tendría mayor
importancia, si no fuera por los parámetros utilizados en este proceso de
valoración, es muy importante saber qué criterios se manejan para medir el
avance, retroceso, bondad, negatividad, positivismo, de los actos y sucesos sometidos
a evaluación.
Si se consideran criterios de pragmáticos, utilitaristas,
de que únicamente es bueno aquello que me ha permitido como individuo acumular más
bienes materiales u obtener “éxitos”
personales, de acuerdo al concepto de éxito individual y egocéntrico que
prevalece en el sistema socioeconómico dominante, pues será una grave decepción para muchos, especialmente
para quienes constituimos las capas más bajas del estrato socioeconómico de
basa, ya que aquí los logros son mínimos, las aspiraciones elevadas, y las
carencias abismales.
En consecuencia estimo que es muy importante seleccionar
con sumo cuidado los indicadores de éxito antes de iniciar un proceso de
evaluación, así como redefinir el concepto de éxito, logro y metas, en nuestro
plan de vida, tanto en lo personal como del entorno inmediato y mediato del que
constituimos parte activa.
El verdadero éxito, tanto personal como social, va mucho
más allá del limitado criterio pragmático impuesto desde la cúpula dominante de
este sistema, es mejor disfrutar de salud, a poder tener el dinero para
costosos tratamientos, es mejor disfrutar de calor humano y unidad familiar a
poseer una gran mansión repleta de aparatos electrónicos y otras comodidades,
donde la mamá tenga que llamar por móvil a los miembros del hogar para que se
acerquen a comer.
Es mejor poder
abrazar a tu hija/o, a tus hermanos, o demás y decirles lo importantes que son para ti, y
sentir el calor de sus cuerpos, enjugar sus lágrimas, o disfrutar su sonrisa,
antes que recibir, o enviar dinero y
verlos en una vídeo llamada, a través de un frío receptor electrónico de ondas magnéticas.
Por ello si los parámetros que usamos para valorar
nuestra acción se corresponden con la práctica de un buen vivir, fundamentados
en el mejoramiento de la calidad de vida, en cuanto al acercamiento a las leyes
naturales, a concebir como bueno a
aquello que nos hace ser más humanos, a disfrutar de esas cosas que contribuyen
al bienestar colectivo, más no únicamente individual, cuando aprendemos a apreciar los objetos por su valor
de uso y no por su precio, entonces seremos más ecuánimes, equitativos y
sensatos en el proceso evaluativo.
Es imprescindible, en
este nivel evolutivo de la sociedad, desplegar las habilidades y destrezas intelectuales,
que permitan generar un pensamiento crítico, capaz de cuestionar y resistir, la
avalancha de supuestos teóricos, que se nos presentan diariamente como modelo
de éxito, grandeza y logro, y que en esencia son horrorosas falacias, que bajo
su aparente destello luminoso esconden muerte, crueldad, dolor, tortura,
consumismo, depredación, aislamiento, exclusión, empobrecimiento, egoísmo y
vileza.
Es necesario mirar más allá de lo aparente, de la piel de
oropel con que se visten muchos engaños masivos, que conducen a las personas a deshumanizarse,
creyendo que están alcanzando el éxito a través de la acumulación de bienes y
de alícuotas de poder para dominar y someter a los otros.
Una mirada global, multidisciplinaria, y diversa, ubicándonos
abajo y arriba, a la derecha y a la izquierda, en el lugar del que manda y del
que obedece, del que posee y del que no, del supuestamente exitoso y del
llamado fracasado, nos dará más elementos de juicio para una opinión asertiva,
menos tendenciosa y parcializada.
Que el año venidero sea el espacio y tiempo oportuno para
deslizar, la gruesa venda que nos impide visibilizar la realidad, tal cual es y
no del color del cristal que la
ideología dominante, ha colocado frente a nuestros ojos.
Para que, nuestra
acción cotidiana sea la espiral infinita hacía el buen vivir conceptualizado
como la relación armónica y perenne con
la naturaleza, en un contexto de respeto, solidaridad, integración e inclusión
de diversos y divergentes.
POR ELLO BRINDEMOS AMIGAS Y AMIGOS, POR LA VIDA, LA
DIGNIDAD, LA SOLIDARIDAD, QUE NO ES CARIDAD, LA INCLUSIÓN, LA DIVERSIDAD
Y LA DIVERGENCIA. SALUD 2013.
Fredy Torres A.
Diciembre 29 del 2012.
torresfrative@hotmail.com