SAN ROQUE
Mucho más
que 82 años de historia
NUESTRA TIERRA ES MEMORIA, HISTORIA, UNIDAD,
TRABAJO, COMUNIDAD, SOLIDARIDAD
San Roque, la decana de las parroquias piñasiense, ínclita comunidad
humana que orgullosa y esplendida hoy celebra su octogésimo segundo aniversario
de vida político-administrativa como parroquia ecuatoriana. Mediante este
pequeño relato os cuento para vuestro deleite pequeños retazos de su noble
historia que corona su nombre cual aureola de añeja memoria.
San Roque o La Cría, como mejor cuadre en su memoria, fue un pequeño
caserío con menos de 1000 habitantes, algunos nacidos aquí, otros venidos de
fuera en busca de porvenir. Casitas
dispersas, escondidas entre el verdor de extensos y melosos cañaverales,
cruzada por un río cristalino en el que bullían peces multicolores. Un pequeño
centro poblado con pocas casas. Una iglesia, una tienda, el celador de policía
y una cantina donde domingo a domingo los lugareños y los vecinos de Lozumbe,
La Chuva, Capiro, el Tajo, Mirmír y más; llegaban en sus mejores mulares, los
ataban junto a las estacas de la cerca de alambre que rodeaba el pueblito, se
acercaban a la tienda compraban los víveres para sus familias y luego
ingresaban a la cantina a libar copiosamente.
En horas de la tarde nunca faltaban algunas broncas, libradas con
relucientes machetes. Luego intervenía el celador que era la autoridad de
entonces, si era necesario apresaba a alguno y los demás montaban en su caballo
y el animalito, ya acostumbrado, regresaba con su ebrio jinete al hogar. El
lunes otra vez la rutina. La mayoría a sembrar la tierra, cosechar café, cortar
caña para moler, otros a cuidar el ganado vacuno. Esposas e hijas a cuidar la
casa, los guaguas, los animales de corral, preparar la comida y llevarla en
grandes ollas de tierra a las lejanas chacras donde trabajaban sus maridos con la
peonada. Así transcurría la tranquila vida del barrio La Cría o San Roque,
entre abundantes inviernos de diciembre a mayo, incandescentes soles de verano,
y dulces aromas de mangos en diciembre.
Centro: Iglesia actual en construcción. Derecha: Convento Izquierda: Convento antiguo, usado como escuela. |
El caserío creció y sus inquietos moradores buscaban mejorar de múltiples formas su calidad de vida, mejoraron el servicio de agua para consumo doméstico, se organizaron en mingas para construir y reconstruir su iglesia, principal símbolo de fé. Las autoridades, especialmente religiosas, hicieron lo más conveniente para consolidar la fé en este poblado y todos los beneficios que ello significaba para la iglesia. Dotaron al sitio de sacerdotes, primero de forma intermitente, luego permanente y en este proceso para 1937 por decisión de la Diócesis de Loja representada por su excelencia Dr. Nicanor Roberto Aguirre, excelentísimo Obispo de Loja, se crea la Vicaría Económica en el barrio San Roque, para luego elevarlo a la categoría de “La Capellanía de la Iglesia filial de San Roque de Piñas” encargando su administración al “Dr. Agustín Riofrío Eguiguren, quien vino a esta jurisdicción en 1937, para atender a la población en sus necesidades espirituales, constituyéndose en el primer sacerdote de la parroquia” (Torres & Gallardo, 2015, p. 79). A esta Capellanía cuya cabecera era San Roque pertenecían los anejos Capiro, Balsa y Marcabelí.
Este reconocimiento de
parte de la iglesia de la importancia poblacional, productiva y económica del
hasta entonces barrio San Roque alentó en varios de sus moradores el legítimo
derecho de convertirse en parroquia, constituyendo un comité pro
parroquialización que durante dos años gestionó tal solicitud ante el Municipio
de Zaruma. El 21 de agosto de 1939 se redacta el acuerdo creando la parroquia
Ambrosio Maldonado y se publicó por bando por el Jefe Político del cantón el 24
de agosto del mismo año. Este acuerdo es
remitido al poder ejecutivo en Quito, donde es aprobado por el entonces
presidente encargado de la república Dr. Andrés F. Córdova el 26 de enero de
1940. (Torres & Gallardo, 2015). Don Víctor Murillo comentó en una
entrevista que “la celebración se realizó el 7 de marzo de 1940, con una gran fiesta
encabezada por Don Eliseo Romero, primer Teniente Político de la flamante
parroquia, con una gran concurrencia de población
local, de Zaruma y Piñas”(Torres & Gallardo, 2015, p. 85).
Lo expuesto rememora brevemente el camino recorrido por nuestros
ancestros para lograr la parroquialización. Por tanto, San Roque es MEMORIA,
HISTORIA, UNIDAD, TRABAJO, COMUNIDAD, SOLIDARIDAD.
Para entonces no estaba la iglesia que aparece al fondo.
Fredy Torres Acaro.
San Roque 26 de enero del 2022.
Torres, F., & Gallardo, V.
(2015). Aproximación a la evolución histórica de la parroquia San Roque. Libro,
1(1), 252. https://doi.org/07020735031