ES NECESARIO LIMPIAR EL CRISTAL CON QUE VEMOS LA REALIDAD (1)
La contemporaneidad nos absorbe en un mundo vertiginoso, en el que los hechos se suceden en forma atropellada, nos envuelven en un torrente con aparente omnipotencia, en el que parecen conciliarse tácitamente los intereses de quienes detentan el poder económico, político e informativo del mundo del cual formamos parte, y en el que una mano invisible nos ha asignado una gran celda húmeda y obscura en el subsuelo de la sociedad del siglo XXI.
El transcurso sigiloso de los acontecimientos parece darnos con mucha prisa todas las respuestas, de las hipotéticas interrogantes que quizá pudiéramos hacernos sobre la realidad; de tal forma que se genera en nosotros la sensación de estar bien y correctamente informados, dejándonos dominar por la comodidad de tomar todo hecho, sin molestarnos siquiera en dudar sobre su valor, su veracidad o su intención, de esta manera creemos a pie juntillas lo que vemos y escuchamos, sin más ni más, y nunca se nos ocurre al menos someterlo a juicio crítico.
Pasiva actitud, manifestación inequívoca del conformismo que solo se rompe cuando la crisis llega a niveles intolerables, en la realidad individual de cada uno de nosotros, que entonces nos empuja a explotar, sencillamente porque no resistimos más, y entonces disparamos desesperados contra todos y contra todo, sin discriminar y rechazando con furia todo; aún aquello que potencialmente nos beneficiaría.
Todo ello porque somos producto de ese torbellino arrollador que llamamos información, que avasalla con absoluta intolerancia toda pauta critica de toma de conciencia para imponer un pensamiento único, acrítico, obediente, manipulador y desinformante, manejado por las mega empresas informativas del capitalismo mundial, de poderosa resonancia, multiplicada en nuestros países, ciudades y poblados por los grandes y aún pequeños medios locales de información, que se unen sin escrúpulo alguno a la defensa mediática de un sistema estructuralmente criminal y antihumano, que utiliza la mentira, la exageración y el engaño como certeras armas de guerra del poder omnímodo contra las grandes masas humanas.
Fredy Torres A.
Junio 18 del 2011.
http//frative-mingadelpensamiento.blogspot.com
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